miércoles, 18 de julio de 2012

Congreso protegido.

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Han llamado la atención las medidas de protección que estos días se han dispuesto en la Carrera de San Jerónimo, en el perímetro del Congreso. Hay vallas que limitan el acceso viario y control policial. Hoy lo vemos en la portada de algún periódico y se han referido al asunto varios portavoces del PSOE, ERC e IU. Sin embargo, no es la la primera vez que se adoptan estas medidas. Yo las he visto en otras ocasiones, durante la pasada legislatura. Por ejemplo, cuando se aprobó la transposición de la Directiva europea de Servicios, y los taxistas protestaron por defender determinados intereses gremiales.

La novedad es cierta actitud, ciertamente preocupante. La de quienes han tomado el Congreso como el blanco de sus protestas, y convocan las manifestaciones directamente frente a sus puertas. Sin ir más lejos, las cúpulas sindicales de UGT y CC.OO. -sin duda, molestas por la reducción de sus liberados- convocan para mañana una manifestación con recorrido frente a los leones. Buscan, sin duda, la ocasión para deslegitimar el sistema parlamentario por el mero hecho de que ahora hay una mayoría del PP. Cuando gobierna la izquierda las protestas van por otro lado.

A España le ha costado mucho disponer de una democracia representativa como la actual, y durante un periodo tan prolongado. Los políticos cometemos muchos errores, y en ocasiones no estamos a la altura de la representación que nos han otorgado. Pero el sistema es el que corresponde a un modelo estrictamente democrático: 350 señores y señoras elegidos entre todos los españoles, cada cuatro años, para que a su vez elijan un gobierno y hagan leyes. Y el sistema, en su esencia, no tiene alternativa, por más que algunos quieran creer que todo se decidiría mejor en una acampada en la Puerta del Sol. 

Así que estos sindicatos que tal totalitariamente vienen a manifestarse frente al Congreso (véanse sus soflamas y pasquines) no pretenden sólo que se escuche su voz. Están intentando enfrentar su presunto poder callejero al de la propia democracia. Pocas bromas con esto.