He estado esta mañana en el desayuno informativo que ha tenido como protagonista a Juan Ignacio Zoido, Alcalde de Sevilla y Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias. Me quedo con una impresión esencial: con él, los ayuntamientos han dejado atrás el discurso victimista, y en cambio se sienten partícipes de la política de Estado que hoy día constituye la austeridad presupuestaria. Atrás quedó aquel discurso de "la asignatura pendiente de la democracia" o "necesitamos más recursos porque somos los más cercanos a los ciudadanos". Por el contrario, ahora se habla de eficiencia, rigor en lo que se hace y aplicación de mayores controles. Ese es Zoido, y ese es un paso esencial para reconstruir nuestra maltrecha estructura institucional.
martes, 31 de enero de 2012
Lo de Zoido, y el Pleno.
lunes, 30 de enero de 2012
Agenda parlamentaria.
miércoles, 25 de enero de 2012
Mesas Conjuntas.
Reunión de las Mesas Conjuntas de Congreso y Senado, algo que ocurre en contadas ocasiones a lo largo del año, cuando se deben abordar asuntos que requieren coordinar y homologar las decisiones.
Orden del día extenso, y en lo político lo más relevante es la constitución de las comisiones conjuntas, que requieren establecer la adecuada proporción de miembros entre los grupos parlamentarios de ambas cámaras.
Pero lo que será noticia inmediata, seguro, es alguna decisión relativa a la aplicación en las Cortes Generales de las medidas adicionales de ahorro que se están adoptando en todas las administraciones. Los recortes también han llegado por aquí. En nuestro caso, el presupuesto se reduce en 4,33 millones de euros, y las retribuciones por cualquier concepto de diputados y senadores estarán congeladas durante 2012. También se ha suspendido el pago del plan de previsión social, un fondo privado de pensiones al que las cámaras hacían una aportación limitada.
El otro día un diputado me decía que con la reducción del sueldo del año 2010 (un 15%) y las sucesivas congelaciones, en términos nominales el sueldo es el mismo que en 2006, y en términos reales (poder adquisitivo) es el de 2003. No he verificado los datos, pero por ahí deben andar las magnitudes. Nadie se queja de lo que se cobra aquí, es evidente, pero también lo es que la percepción de ser unos privilegiados admite cierta discusión. Otro día seguimos con ello.