sábado, 26 de marzo de 2011

La situación de Banca Cívica y Caja Navarra, en 10 reflexiones.


1. Me llama la atención que haya quien tenga un comportamiento tan totalitario que descalifique a quienes hemos osado criticar una situación que no nos gusta nada en relación con lo que ocurre en Banca Cívica y Caja Navarra. La verdad os hará libres, y la libertad os hará verdaderos, me gusta decir. En esas estamos, a pesar de que lleguemos a tocar la medular de los intereses de un régimen instaurado en Navarra bajo la égida de UPN y PSN, es decir UPSN, con un Sanz omnipresente en todo ese tinglado. Pero el tinglado se tambalea, en coincidencia con el final de Caja Navarra. Yo no pienso hacer otra cosa que cumplir con mi obligación en este y otros asuntos.

2. La tesitura en la que se encuentra Banca Cívica no es nada fácil de resolver. Y el problema es que parece que todo se ha convertido en una huída hacia adelante sin otro propósito que mantener el “status-quo” de sus directivos. La posible agregación con Unnim es un despropósito, y refleja que sólo se aspira a mantener el pedaleo hacia ningún lado. Mientras las cajas vascas (con las que Caja Navarra se codeaba hace poco tiempo) muestran su fortaleza y afrontan un proyecto autónomo, la nuestra acude a un conglomerado de cajas catalanas que está en la UVI, y que por dos veces ha tenido que demandar ayuda del FROB.

3. La idea de salir a bolsa se ha dado de bruces con unos mercados a los que no les gusta ni el tamaño ni el mogollón directivo que existe en Cívica. Para hacernos una idea, el fondo J.C. Flowers todavía mantiene una oferta de aportación de capital sensiblemente menor a la que se informó el pasado verano por igual porcentaje de acciones, pero la condiciona a una due diligence sobre CajaSol, a que el gobierno corporativo esté sometido a lo que corresponde a una entidad cotizada, y lo más importante, a la toma de decisiones sobre el equipo de gestión.

4. En ese mismo asunto, la ronda de presentación a inversores sólo ha ofrecido un eco: el de que la colocación sólo se podrá hacer si se ofrecen descuentos brutales sobre el valor de las entidades en libros. Cívica acepta ofrecer de inicio en torno a un 35%, pero algunos inversores llegan a pedir el doble. Fondos como MCL Corp., White Eagle, Hoolihan, Paulson o el chino ICBC no han mostrado mayor interés. Y se ha dado el caso llamativo del especulador indio Bhawani, al que la propia Caja Navarra presentó como un inversor “muy interesado” -entrevista en la prensa local mediante- y a los pocos días dijo que no era tal su interés, apuntillando con la idea de que el sector debería ofrecerse con descuentos del 70%. Hablando de la reputación de la entidad, ¿quien la daña más, los que venden humo o los que intentamos que se disipe?

5. La alternativa a los inversores privados es más FROB. Pero un FROB distinto. Si se tuviera que acudir a él de nuevo, está establecido que previamente se deberá hacer una valoración realizada por expertos independientes, y además tendría como consecuencia que saldrían del actual Consejo de Administración la mayoría de sus miembros. El FROB llegaría a ese consejo con un peso proporcional a su inversión, la mayoría de los consejeros deberán ser externos y como mucho serán 15, de los cuales 5 al menos con carácter de independientes. En otras palabras, saldrían del consejo de Cívica casi todos sus actuales miembros, especialmente aquellos que tienen una marcada referencia política (¡ay, Petronila!). Sólo con este dato se entienden muchas cosas. Hay quienes quieren mantenerse a toda costa guardando las llaves de los armarios, y están dispuestos a malvender la entidad con tal de que no se desmorone el castillo que ellos mismos han creado para sí mismos.

6. Significativo el papel de Yolanda Barcina en todo esto. No quiere ni oír hablar de la Caja o de sus actuales rectores, y tiene pánico a que se le relacione con este problema. Aunque los hechos objetivos son que ella presidía la Comisión de Control cuando se suspendió el test de stress y que ella sigue como miembro destacado de la infame Junta de Entidades Fundadoras. Pero este asunto va mucho más allá. Para Barcina es fácil desautorizar a Kutz a cuenta de la UPNA y el Instituto de Investigación. Pero no parece tener el coraje suficiente para dar una mera opinión sobre este asunto, crucial para el futuro de Navarra. Lo que hay detrás de todo esto es el mantenimiento del régimen de intereses de UPN y PSN, es decir UPSN, que tiene en la Caja una expresión nítida y rotunda. Por tanto, el silencio de Barcina es su anuencia al modelo político que nos ha llevado a esta situación. De lo lo que no parece darse cuenta es de lo mucho que se juega ella misma, su partido y toda Navarra en este asunto.

7. En varias ocasiones he pedido explicaciones a los miembros de la infame Junta de Entidades Fundadoras sobre las cosas que están pasando. No han abierto la boca, a pesar de que la componen políticos que cobran dietas por asesorar a la entidad. Creo que es una enorme cobardía política. En cambio, han lanzado a escribir cartas al periódico a María Ibáñez (Consejera de la Caja y Presidenta de la Fundación de la Obra Social) y a José Antonio Sarría (Consejero de la Caja, Presidente de la Comisión de Control y de la Confederación de Empresarios de Navarra). Los dos artículos se han distribuido a los empleados de la Caja a través de la Intranet corporativa. Sobre lo que dijo Ibáñez no tengo nada que comentar, salvo que ni ella misma se cree que la obra social vaya a tener el relieve que nos quiso contar. Lo de Sarría es mucho más grave. Comprendo que ande preocupado, puesto que él mismo tiene la obligación de rendir cuentas de lo que pase, como cualificado administrador de la Caja. Es intolerable que cargue contra un partido político que nos estamos limitando a señalar las cosas que no están bien, como él bien debería saber. La carta de Sarría demuestra hasta dónde llegan los conchabeos de eso que algunos denominan el régimen navarro, la confluencia de tantos intereses en torno a lo que disponen UPN y PSN, es decir UPSN. Lamentable el papel de Sarría en todo ello, que por descontado no ha tenido la deferencia de contrastar con nosotros el cúmulo de datos y análisis de los que disponemos, la mayor parte de los cuales quedan confinados en una leal discreción.

8. Amenazaba Sanz con dar instrucciones a la asesoría jurídica de la Caja para que entablaran acciones legales contra el PP por lo que el denominaba “daño reputacional”. Diciendo eso, Sanz demuestra que sigue teniendo “mando en plaza”, y vaya si lo tiene. Preocupado porque tiempo atrás pensó que su refugio tras dejar la presidencia llegaría proporcionado por la propia Caja, Sanz ha aventado la especie de que la filtración del acta de la subcomisión del FROB celebrada en el Congreso es violar la ley, dado que esa comisión se celebra a puerta cerrada. Y de nuevo demuestra lo atrevida que es la ignorancia. La comisión se celebra a puerta cerrada, sí, para hacer más operativa su labor, pero no es secreta, puesto que secreta sólo es la de secretos oficiales. De hecho, se redacta un acta disponible por los diputados que lo soliciten. El parlamento no puede tener secretos, como corresponde a un principio democrático básico, pero que algunos aprendices de plutócratas no parecen entender. Por si alguien tiene alguna duda: si yo tuviera ese acta y me la pidiera un medio de comunicación, se la facilitaría sin ningún inconveniente. Venga esa querella. (Por cierto, esos mismos servicios jurídicos a los que se conmina a formalizar una demanda, lo que están haciendo realmente es llamar amables para proponer “una comida con Goñi”. Tal cual.)

9. ¿Qué posición tiene el PP en este asunto? Parece mentira que algunos todavía no lo hayan sabido interpretar. Queremos que no se malvenda la Caja, y vemos que los pasos que se han dado hasta el momento son tan absurdos que justo conducen a la peor de las situaciones. A día de hoy, sería preferible ir al FROB aunque eso le cueste el puesto a los directivos que han generado esta situación. No queremos que se cumpla el vaticinio que fuentes cualificadas nos han avanzado, y que puedo poner textual tal como se nos transmitió: “se quiere ir muy rápido, y constituir la Fundación que sucederá a Caja Navarra antes de que se celebren las elecciones y vosotros podais condicionar el proceso”. Por ello, pedimos un compromiso público sobre esta cuestión de Miguel Sanz, Roberto Jiménez y Yolanda Barcina. Queremos la transparencia que hasta el momento no ha existido, incluyendo aspectos importantes del gobierno corporativo y sobre determinadas decisiones que se han tomado recientemente. Queremos que desaparezcan las referencias políticas que hoy existen, descaradamente, en Caja Navarra y en Banca Cívica, y por ello queremos que se anuncie inmediatamente que en la modificación estatutaria que se tiene que llevar a cabo desaparecerá la infame Junta de Entidades Fundadoras. Y para que nadie se engañe: el PP no quiere nombrar a nadie en Caja Navarra o Banca Cívica. Lo que queremos es que no lo hagan los demás, UPSN, como ha ocurrido hasta ahora. Si este planteamiento se entiende y se compromete, las cosas podrán encauzarse de otra manera.

10. La última reflexión es sobre el valor más importante que tiene la Caja, que son sus trabajadores. Hay gente muy buena, gente con experiencia y gente que se ha incorporado en los últimos años aportando mucho talento y ganas de cambiar las cosas. No hay derecho a que ese enorme potencial esté viviendo esta situación, sin saber quien es el responsable final de los vaivenes y asistiendo al capricho de tantas decisiones. No es aceptable. Y creo que aunque sólo fuera por ellos merece la pena que algunos nos arriesguemos a plantear dónde se encuentran los problemas, y a ofrecer la confianza de que las cosas se pueden llevar de otra manera bien diferente.

Pregunta a Leire Pajín en Pleno