jueves, 4 de marzo de 2010

Qué fue del medicamentazo


(Carta a la Directora que hoy publico en Diario de Navarra)

Todavía el PSN no ha dicho nada. El Gobierno de Navarra acaba de derogar el Decreto Foral que desde 1998 financiaba un grupo de medicamentos de baja utilidad y que sólo aquí se seguían sufragando con cargo al contribuyente. Conviene ahora recordar la historia. En aquel año el Ministerio de Sanidad decide excluir de la financiación pública un grupo de fármacos de escaso interés terapéutico y muy bajo precio, aplicando el mismo criterio que años antes usó la ministra socialista Ángeles Amador. Disimulando los antecedentes, los socialistas denominaron aquello como “el medicamentazo del PP”. La reacción en Navarra fue especialmente desabrida. Se dijo que era un “ataque al estado del bienestar”, que suponía “un recorte inaceptable” y que antecedía “la privatización de la sanidad pública”. Como fui partidario de aquello, los socialistas pidieron mi dimisión y me achacaron la polémica. El PSN y la UGT organizaron incluso una ridícula manifestación callejera, en la que unas decenas de jubilados y cargos públicos desfilaron con banderas y pancartas por Conde Oliveto. Y el tema llenó decenas de páginas de periódicos, porque parecía el Armagedon sanitario. Finalmente, un acuerdo del Parlamento foral de 5 de marzo -auspiciado por el PSN, CDN y EA- obligó a que Navarra pagara esos medicamentos, endosando no poco ridículo a nuestra entonces bien ponderada sanidad y desautorizando la política de uso racional que llevábamos a cabo en el Departamento de Salud en beneficio de todos los navarros.

Esta semana el Gobierno de Navarra ha anulado la aberración aquella. Aunque lo ha hecho, por cierto, de tapadillo y sin recabar la conformidad de la comisión de Atención Farmacéutica creada por ley para propiciar la transparencia y la participación de los profesionales. Como me decía un boticario amigo, el tiempo pone a cada uno en su sitio. Doce años después, aunque los medicamentos sean los mismos, el PSN ya no dice nada. Silencio atronador. La demagogia que usaron entonces ahora la deben dedicar a otras cuestiones, según parece. Demagogia aquella, sí, que ha costado al contribuyente navarro varias decenas de millones de euros.

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