lunes, 10 de diciembre de 2012

Sobre lo ocurrido ayer.

Hace unos días recibí un correo electrónico en el que se me indicaba que podía disponer de cierta documentación sobre asuntos relativos a Caja Navarra, recogiéndola de un determinado lugar de Pamplona. En ese mensaje se me indicaba que se trataba de documentación de relevancia judicial. Respondí al correo diciendo que no me parecía la manera de facilitarme ningún tipo de información, y que si el comunicante quería enviármela podía buscar otros medios para hacerlo. Mi respuesta fue devuelta por el servidor.  

Ayer estuve en Pamplona por razones familiares. Tuve curiosidad por saber si la información se había depositado en el lugar que se me indicó, acudí al sitio y en efecto vi que en él había depositado un paquete aparentemente con documentación. Lo tomé, y a continuación aparecieron varios agentes de la Guardia Civil que procedieron a identificarme. Posteriormente fui trasladado ante el Juez de guardia, que escuchó mi versión de los sucedido y decretó un auto de libertad.

Cualquiera que conozca mi trayectoria política en Navarra sabrá que he sido muy crítico con lo sucedido en los últimos años en relación con Caja Navarra, y que este es un asunto que me ha interesado por su gran significancia. Antes del verano escribí un artículo en prensa en el que indicaba que algunas de las cosas sucedidas incluso merecerían la atención de la fiscalía. En fechas recientes, he hecho públicas determinadas críticas sobre asuntos ocurridos hace pocas semanas, en los cuales figuraban como protagonistas algunos de los dirigentes actuales y pasados de la Caja.

Sin duda he cometido una imprudencia, y las consecuencias las pude constatar inmediatamente. El tema tiene vertientes políticas y judiciales. Lamento mucho el perjuicio que estoy causando a mi partido. Como indiqué al Juez y a la Guardia Civil, haré todo lo necesario para aclarar el caso en toda su dimensión. En mi labor pública siempre he tenido un comportamiento íntegro, y creo firmemente que los políticos debemos representar los mejores valores en todas nuestras actuaciones. 

Agradezco mucho las muestras de afecto que estoy recibiendo en el día de hoy, en unas circunstancias tan difíciles que nunca imaginé.    

martes, 6 de noviembre de 2012

iPads y Diputados.

La Comisión de Presupuestos dedica todo el día de hoy a debatir las más de 3.000 enmiendas presentadas a los presupuestos del Estado para 2013, que suponen un gasto público de 235.904,43 millones de euros. Pero esto no es noticia. Lo noticioso es lo que pasa con los iPads de los diputados

Lo que hay sobre este tema es lo siguiente.

El Congreso compró hace un año, mediante concurso público, 400 iPads, coincidiendo con el inicio de la legislatura. La tableta sustituía a un ordenador portátil, tres veces más caro, que se entregaba en anteriores legislaturas. 

Son iPads de segunda generación, modelo que próximamente dejará de comercializarse.

  • De ellos, 350 se distribuyeron, al tomar posesión, entre los 350 diputados. Son propiedad del Congreso, y se entregan configurados con determinadas aplicaciones para el acceso documental a las bases de datos de la Cámara. Cuando un diputado cesa, devuelve su iPad. Se limpia -por fuera y por dentro- y se entrega a su sustituto.
  • Otros 20 se utilizaron por los servicios técnicos, especialmente los de informática, que deben testar y desarrollar la aplicaciones que se usan en los dispositivos.
  • 30 quedaron en reserva para sustituir los que se dañaran o sustrayeran.

Durante este año se han producido algunas pérdidas y extravíos. Hay que tener en cuenta que todos los diputados viajamos todas las semanas, y por ello no es raro que un número de ellos puedan perderse. De hecho, ha habido no pocas pérdidas que se han solventado tras visitar la oficina de objetos perdidos de aeropuertos o estaciones de tren. En menos de 30 casos, no ha sido posible recuperar el dispositivo.

Cuando se produce un hurto (por ejemplo, alguien que distrae el dispositivo de un diputado en un transporte público), el Congreso exige que se formule la correspondiente denuncia ante la comisaría de policía. En esos casos, se comunica al Congreso para su eventual reposición. De otra parte, los diputados son conscientes de la posibilidad de activar el servicio “Find my iPad”, y la conveniencia de proteger el dispositivo con contraseña. No consta ningún uso indebido o intrusión no autorizada desde iPads sustraídos. 

Así las cosas, la Junta de Informática, hace dos semanas, valoró un informe que hoy ha sido visto por la Mesa. En él, se solicita criterio para ver qué se hace en adelante, al estar a punto de agotarse la remesa de iPads 2 de recambio.

La Mesa ha estudiado hoy ese informe. No se ha tomado decisión alguna. Pero sí se han establecido algunos criterios por parte de la Presidencia, a expensas de lo que acordemos en una próxima reunión. Lo que hoy se ha establecido es que los iPads sustraídos serán inhabilitados remotamente, y que no se repondrán más allá del escaso remanente que hoy existe. Hay una razón para ello, la responsabilidad que todos los diputados tenemos en el uso de los medios que se ponen a nuestra disposición. También, el hecho de que en estos momentos la sociedad nos exige un uso incontestablemente austero de los bienes públicos. Nadie duda de que cuando se denuncia una sustracción, esta se ha producido. Pero en el ámbito de la responsabilidad pública, las cosas deben tratarse con especial rigor y preservando en todo caso la imagen de la institución.

Hasta aquí los datos. Es falso, pues, que se hayan perdido 50 iPads, o que se usen para fines que no corresponden a lo previsto. También es falso que se haya adoptado ninguna medida punitiva o correctora de ningún abuso.

Y tras lo datos, mi opinión. No calificaré la actitud previa que supone darle a este asunto mucho más relieve que a cualquiera de los que componen la agenda parlamentaria en un día como hoy. Sí digo que los diputados necesitamos disponer de ese dispositivo, para cosas tan esenciales en nuestra función como recibir convocatorias, consultar archivos, comunicar con otros diputados o contar lo que hacemos. Cualquier empresa que gestione información equipa a sus empleados con equipos similares. Sé que hay quienes dicen que eso lo deberían pagar los propios diputados. No estoy de acuerdo, porque de lo que se trata es de homologar los recursos de los que disponemos todos nosotros. Todos somos conscientes de que el país atraviesa mucha dificultades, y sinceramente creo que los diputados somos consecuentes con la austeridad que nos es exigida.

Lo que también es cierto es que los primeros interesados en que los representantes públicos no estemos bien informados, tengamos pocos medios para nuestra función o estemos escasamente pagados son los plutócratas; justo los que pretenden imponer su voluntad basados en los medios económicos y la preponderancia de un poder no democrático.    

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Lo del #25S

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La convocatoria se presentó inicialmente con la intención de ocupar el Congreso, en poco original remedo del movimiento "Occupy Wall Street". Hasta tal punto fue así, que en la web de los americanos hay, hoy mismo, una enfática referencia a la manifestación de ayer en Madrid. Pero alguien debió advertir la protección legal que ampara a la cámara cuando desarrolla sus funciones -es delito trastornarlas violentamente- y tornaron la idea hacia la de rodear el Congreso. En un caso y en otro, buscando la coacción.

La convocatoria se hizo presente en redes sociales desde hace meses. Ha tenido un largo tiempo de maceración y publicitación. Los medios la han resaltado durante varios meses. Y el resultado ha sido la concentración de apenas 6.000 personas, que como esta mañana decía alguien, son menos de los que toman Neptuno para celebrar los (cada vez más frecuentes) triunfos del Atlético de Madrid.

Y la convocatoria, a la postre, tenía tras de sí una intencionalidad política poco disimulable. Cuando en el Congreso había una mayoría de izquierdas, hace apenas un año, lo que se decía era que el PP no arrimaba el hombro. Ahora que el PP tiene la legítima mayoría, el problema es la esencia misma de la representatividad. No puede ser que el PP gobierne, y por eso hay que deslegitimar al conjunto del sistema institucional. Hay que arramplar con la institución. 

Zapatero cambió abruptamente su devenir político en mayo de 2010, arruinó el país y lo llenó de parados, pero nadie de los que ayer chillaban le pidieron que desocupara el Congreso. Lo de ayer es la expresión de la izquierda totalitaria, incapaz de aceptar que las decisiones se puedan tomar, democráticamente, en contra de sus pulsiones. Esto es lo que se vio, algo bien distinto a una muestra de descontento o protesta ante los deletéreos efectos de la crisis.

Esta legislatura lleva escasamente 10 meses. Una quinta parte del tiempo que corresponde al mandato. Los problemas que vivimos son lacerantes, y los diputados no vivimos aislados ni embriagados de privilegios. Al contrario, quienes actuamos con rectitud somos conscientes de lo mucho que hemos de mejorar nuestro trabajo cada día. Pero no debe haber parvedad ni falsa modestia para defender la legitimidad del sistema que materializa la soberanía nacional. En esto, seamos intransigentes y señalemos al totalitario.

miércoles, 18 de julio de 2012

Congreso protegido.

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Han llamado la atención las medidas de protección que estos días se han dispuesto en la Carrera de San Jerónimo, en el perímetro del Congreso. Hay vallas que limitan el acceso viario y control policial. Hoy lo vemos en la portada de algún periódico y se han referido al asunto varios portavoces del PSOE, ERC e IU. Sin embargo, no es la la primera vez que se adoptan estas medidas. Yo las he visto en otras ocasiones, durante la pasada legislatura. Por ejemplo, cuando se aprobó la transposición de la Directiva europea de Servicios, y los taxistas protestaron por defender determinados intereses gremiales.

La novedad es cierta actitud, ciertamente preocupante. La de quienes han tomado el Congreso como el blanco de sus protestas, y convocan las manifestaciones directamente frente a sus puertas. Sin ir más lejos, las cúpulas sindicales de UGT y CC.OO. -sin duda, molestas por la reducción de sus liberados- convocan para mañana una manifestación con recorrido frente a los leones. Buscan, sin duda, la ocasión para deslegitimar el sistema parlamentario por el mero hecho de que ahora hay una mayoría del PP. Cuando gobierna la izquierda las protestas van por otro lado.

A España le ha costado mucho disponer de una democracia representativa como la actual, y durante un periodo tan prolongado. Los políticos cometemos muchos errores, y en ocasiones no estamos a la altura de la representación que nos han otorgado. Pero el sistema es el que corresponde a un modelo estrictamente democrático: 350 señores y señoras elegidos entre todos los españoles, cada cuatro años, para que a su vez elijan un gobierno y hagan leyes. Y el sistema, en su esencia, no tiene alternativa, por más que algunos quieran creer que todo se decidiría mejor en una acampada en la Puerta del Sol. 

Así que estos sindicatos que tal totalitariamente vienen a manifestarse frente al Congreso (véanse sus soflamas y pasquines) no pretenden sólo que se escuche su voz. Están intentando enfrentar su presunto poder callejero al de la propia democracia. Pocas bromas con esto. 

domingo, 10 de junio de 2012

Seis reflexiones sobre lo de ayer.

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1. La banca debe ser saneada, y por consecuencia ayudada. Los médicos llamamos “shock hipovolémico” a la situación en la que el enfermo puede morir como consecuencia de la pérdida de flujo sanguíneo, por hemorragia. El símil puede aplicarse en economía. Es imposible que la actividad productiva funcione sin que lo haga el sistema financiero, habida cuenta que los años del trueque ya pasaron a la historia (aunque algunos no quieran enterarse). Cualquier reforma que se quiera hacer, cualquier política de estímulo, debe contar con la disponibilidad de crédito para que pueda producir efectos, igual que no se puede poner al paciente a hacer ejercicio si no tiene sangre en las arterias. Sin un sector bancario medianamente saneado, es imposible salir de esta.

2. Cómo hemos llegado hasta aquí. Sí, sé que no gusta que hablemos de herencia. Pero alguna consecuencia habrá que sacar, al menos para que las cosas no vuelvan a ocurrir. Venimos de unos años en los que se decía que teníamos el mejor sistema financiero del mundo y al mismo tiempo inflábamos la mayor burbuja inmobiliaria del mismo mundo. Imposible casar ambas proposiciones; una de ellas era falsa. Ya hemos visto cual. Ha bastado ver que las sucesivas reformas financieras de la era Zapatero no generaran efectos para que el actual Gobierno se haya decidido a sajar con mayor profundidad de bisturí. Ha salido bastante pus, el empiema estaba ahí aunque algunos lo quisieran negar. Toca cirugía y no analgesia. 

3. Esto no es un rescate. Comparar nuestra situación con lo de otros países debiera proscribir el uso de la misma palabra. A Grecia, verbigracia, se le da dinero para cubrir el presupuesto público y a cambio de ajustes severos en su dispendio. Esto de España es bien diferente. Es dinero a una parte de un sector, y sin contrapartida política más allá del pago de los intereses. Sin cesión de soberanía y sin que los acreedores se hayan planteado el control de nuestra política. Si el Frob usa bien la línea de crédito europeo puede sanear el sector y devolver las cantidades sin mayor problema. El negocio bancario, bien llevado, es rentable en cifras superiores a las del interés del dinero que nos van a aportar, un 3%.

4. Mercados vs. fondos públicos. Me llama la atención que algunos se hayan lanzado a degüello contra el Gobierno tras la decisión de ayer. En parte eran los mismos que denostaban nuestra dependencia de los mercados, que según su constructor intelectual eran esos fondos de inversión que apostaban por la quiebra de España y que nos dictaban políticas que esquilmaban nuestras posibilidades de crecer y de desenvolvernos con normalidad democrática. Pues bien, el dinero que ahora nos llega es dinero público, de nuestros socios europeos. Debiera gustarles el cambio, ¿no?

5. Costará, pero se limpiará. Cierto que podrá aumentar nuestra deuda pública casi un 10% del PIB, y que habrá que imputar el pago de intereses en los próximos presupuestos del Estado. Pero accedemos a un recurso financiero que no podríamos obtener a precios asumibles en los mercados habituales de deuda. Y lo más importante: con ello no sólo vamos a comprar liquidez, sino algo cualitativamente más importante. Se va a poder poner orden en una parte de un sistema, el financiero, aquejado de la gangrena de la corrupción. Estamos ante la posibilidad de impedir que se repitan las circunstancias que propiciaron tanto daño como han hecho a nuestra economía los Blesa, Serra, Hernández Montó, y algún otro (¡me muerdo la lengua para no hablar de nuevo de toda la basura político financiera que ha supuesto la esquilmación de Caja Navarra y el desvarío de Banca Cívica!). Sin Mafo y Ariztegui en el Banco de España las cosas podrán cambiar para siempre.

6. Mucho más allá de lo financiero y lo económico. Lo vivido ayer es un momento histórico, de mayor profundidad de lo que nadie puede calibrar todavía, hoy que salimos de la resaca del evento. Y es un momento que va a tener efectos en la psicología común de un país que se debate entre su capacidad de volver a ser grande o terminar deambulando en lo miserrímo. En la disyuntiva, no hay que perder de vista que nuestra crisis va mucho más allá de lo económico. Los problemas de la monarquía, de las instituciones (Dívar), del sistema educativo, de las grandes corporaciones empresariales, de la perversión de tantos órdenes organizativos, del sentido de la libertad y la responsabilidad..., hace que sólo podamos ganar el futuro si se produce un verdadero empoderamiento de la sociedad. Hoy es más necesario que nunca que la opinión pública se fortalezca, que sepamos escuchar y dialogar con el discrepante, que nos enriquezcamos con las opiniones de todos, y que tracemos objetivos comunes mucho más elevados. Esto no se arregla sólo reponiendo las válvulas de la caldera, ajustando un motor renqueante. El cambio necesario es el cambio de rumbo hacia una sociedad mejor en todas sus dimensiones.   

 

martes, 8 de mayo de 2012

Tres reflexiones sobre rescates bancarios.

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Primera. Quienes más hablan de establecer políticas de estímulo económico parecen olvidar que no servirían de nada si no hay un sistema financiero que funcione adecuadamente. Se podrían hacer muchísimas cosas para generar incentivos a la actividad, pero devendrían en esterilidad si las empresas y los autónomos no disponen de créditos suficientes para operar. Así que seamos coherentes: es imposible crecer y crear empleo sin que fluya el crédito. Indudablemente, es lo más perentorio en nuestro actual momento de crisis.

Segunda. La actividad bancaria tiene una particularidad. El dinero que tenemos ahorrado no se guarda en una caja fuerte, sino que se presta y se coloca en créditos e inversiones. Lo que hay en nuestra cuenta es propiamente un apunte numérico. Ningún banco podría atender a sus clientes si de golpe todos ellos quisieran retirar su dinero. Es el fenómeno llamado "run on the bank", bien descrito en Wikipedia. Esta es la razón por la que se justifica que a los bancos se les deba ayudar. No por lo que hayan hecho metiéndose en la burbuja inmobiliaria o financiando los gastos de las primeras comuniones de algunos niños españoles. Se le debe ayudar -en contadas ocasiones- no tanto por el riesgo moral que quieran diluir, sino porque la propia esencia de su actividad se establece bajo un criterio de confianza. Y ahí sí que el Estado debe actuar como garante.

Tercera. Para quienes estos días intentan contraponer la situación española a lo ocurrido en Islandia, y sin ánimo de contrariar su visión poética de la economía, tan sólo una pregunta: ¿cuantos habitantes tiene Islandia? También encontramos una referencia en Wikipedia, para general conocimiento. En efecto, son menos que en La Rioja.

lunes, 23 de abril de 2012

Temas candentes en la sanidad.

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Justo llego hoy al despacho y encuentro el envío de un ejemplar llamado "Diez temas candentes de la sanidad española para 2012", editado por la consultora PWC y que será presentado el próximo jueves.

Me sorprende -agradablemente- el bajotítulo: "Dos agendas simultáneas: recortes y reformas". La pasada semana escribí sobre ello en Expansión, diciendo que no hay que confundir ambas cosas. Un recorte puede ser una necesidad perentoria, pero finaliza en sí mismo, porque supone ajustar una concreta cifra de gasto público. Una reforma es otra cosa. Supone abrir un camino, innovar, hacer las cosas de otra manera. Políticamente, el recorte es más fácil que la reforma, porque en ésta hay que tener la suficiente capacidad de ideación como para generar ese liderazgo que supone mostrar una nueva senda.

Apunto del libro el dato inicial de su propia génesis. Está coordinado por dos ex-ministros del ramo, Julián García Vargas del PSOE y Ana Pastor del PP. Sugiere el hecho la idea de si no es posible ese tan traído y llevado pacto por la sanidad, que se esfuma cada vez que se enuncia. La pregunta que muchos podrán hacerse es cómo es posible concordar en un compendio de medidas aun desde distintos puntos de partida ideológicos, y en cambio no hacer lo propio en la lid político-parlamentaria.

Avanzo algo del guión del ejemplar. Asuntos como la redefinición de prioridades, la modernización del régimen de personal, la colaboración entre los distintos agentes, las industrias de la salud, el esfuerzo necesario en Salud Pública, o el modo en el que se pueden generar nuevos ingresos para sostener el sistema. Como se puede ver, nada que tenga que ver con salir del paso o poner cataplasmas. Vuelvo a sugerir que hagamos caso de quienes se han tomado la molestia intelectual de plantear alternativas de gestión sanitaria a una situación que, por insolvente, no puede seguir como está.